domingo, 1 de febrero de 2015

#2 - Soledad




Probablemente ninguna persona que salga cada fin de semana, que tenga muchos compañeros con los que hablar, que haya tenido muchos novios o novias, o ambos, y que siempre sepa cómo hablarle a la gente, entienda el placer que se obtiene al estar solo.

Muchos piensan que la soledad es un enemigo. Lo es si no simpatizas con ella. La soledad es tu amiga, y si no te gusta de compañera, es cuando ella te va a aborrecer también. A mí me gusta estar sola. Me gusta pensar que a miles de kilómetros de distancia tengo amigos, pero que en mi mundo físico no tengo a nadie.

Me gusta pensar que para ser feliz no se necesitan personas, sino a uno mismo. Me gusta pensar que depender de los demás es una pérdida de tiempo. Sí, puedes llevarte bien con alguien, hablar todos los días con esa persona, pero un día ella se irá de tu vida, ¿y cómo te quedarás? Destrozado.

Puedes vivir con los demás, ayudarles, ser su consejero, pero no te encariñes, no lo hagas, porque en cualquier momento te clavarán un puñal en el corazón.

Sobrevive

4 comentarios:

  1. Me ha gustado muchísimo tu reflexión sobre la soledad. Yo ahora en pareja y viviendo con él, a veces la extraño. Es raro porque en realidad no me incomoda estar sola, pero hay veces que cuando haces algo y te interrumpen... uff
    En fin, bienvenida a blogger :)
    ¡Un besín!

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    1. Yo tengo que aguantar a mi familia, y teniendo un hermano ruidoso... es horrible. A veces solo quieres estar en soledad, con el silencio resquebrajando las paredes y pensando en tus cosas, escribiendo, dibujando... algo, pero en silencio, y sola.

      Espero que lo pases bien con tu pareja, claro. Gracias por el comentario y por seguirme, y espero servir de algo en el universo blogger. ¡Un besito! Nos leemos :)

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  2. Me ha encantado la verdad, escribes muy bien. ^^
    Echo mucho de menos estar sola con mis pensamientos, en mi casa no se puede estar tranquila ni en el baño xD
    Pero bueno, mucha suerte con el blog, ya tienes otra suscriptora!!

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    1. Gracias a Dios yo si puedo estar en paz en el baño, aunque mi padre sabe que siempre me meto con el móvil y a los diez minutos ya está llamando para que salga. Ni que un día me entre una diarrea ni nada, madre mía...
      Pero al menos hay silencio durante esos diez minutos. Y no hay mayor soledad que estar rodeada de espejos. Mi baño de noche es bastante siniestro.

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