domingo, 19 de abril de 2015

Debate - Porno literario


Vale, estoy cansada de decírselo a mis amigos, a mis padres, a mis compañeros, a las dependientas e incluso a decirlo por mis redes sociales. Pero voy a volver a decirlo por aquí. Estoy jodidamente cansada de ir a una librería y que el cincuenta porciento de los libros sean porno. Primero porque soy menor y no puedo leerlo. Segundo porque no me interesan esos temas de ponerme caliente con palabras en un libro. Tercero porque para eso miro porno, que es más «caliente».

Nah, no me vengáis con chorradas diciendo que lo que leéis porque es literatura, porque cuenta una historia preciosa y blablabla. Si no tuviera sexo ni lo mirabais. Y es que el 99% de las historias eróticas que se venden, sin el sexo no son nada. Claro que hay excepciones, pero... ¿cuál? Aún no me han dicho de una buena historia erótica con una buena trama no abusiva para las mujeres u hombres que quitándole el sexo siga siendo una buena historia.

Yo he leído historias que tenían sexo una vez en quinientas páginas. Una vez. Como puede ser el caso de El haiku de las palabras perdidas. Y esa vez me gustó mucho más que todas las de Cincuenta sombras de Grey juntas. ¿Por qué? Porque no se abusaba de él. Porque quitando esa escena, podías entender perfectamente la historia y maravillarte de ella. 

¿Qué es Cincuenta sombras de Grey sin sexo? Es que... ¡ni siquiera habría historia! El sexo es el protagonista de ese libro.

Y vuelvo a repetirlo. Si alguien quiere escribir un libro erótico, que lo haga, pero haced una historia coherente, y no digáis que un tipo con una polla de treinta y cuatro centímetros se la mete a una pobre muchachita que está atada contra la cama. En serio, eso apesta y ya es muy cliché. ¿Qué pasó con el sexo normal de toda la vida?

Pero bueno, ahora el porno vende y hasta que se pase toda esta obsesión como cuando fue de los vampiros, probablemente haya historias mejores que contar. A lo mejor se ponen de moda los zombies, o quitás las Caperucitas Rojas, ¡yo que sé! Pero solo espero que se acabe esta basura de moda pornográfica, que luego la gente se queja de los embarazos no deseados.

sábado, 18 de abril de 2015

Debate - Sagas de mil libros


¿Habéis leído alguna vez un libro que os ha encantado, en el que habéis devorado los tres, cuatro, cinco primeros, y el sexto ya se os hacía forzado, aburrido y sin trama? Yo sí, y varias veces. No entiendo a las personas que son capaces de seguir la trama de una historia por veinte libros sin desesperarse. Es decir, o muy grande tiene que ser la trama para dar a basto, o muy forzada tiene que estar, y me decanto, en la mayoría de los casos, más por la primera posibilidad que por la segunda.

Supongo que no os he dicho que me encanta escribir, pero hace un tiempo terminé una historia en Wattpad que se hizo bastante famosa y la gente me pedía que hiciera segunda parte. Bueno, pensé, si le doy a la gente lo que quiere, quizás me haga más famosa.

Ingenuas palabras de una idiota.

Estiré la trama todo lo que pude, y el final fue tan malo que estoy planeando borrar la historia para que la gente no piense que doy pena. Yo escribo decente. Todo lo decente que puedo escribir a mi edad, y probablemente más debido a lo que le dedico a esto. Sin embargo, hasta yo admito que estirar esa historia acabó con ella. Le cogí tanto asco que ya solo sirve para escupirle encima. Y tengo más historias en Wattpad. Historias de las que estoy orgullosa. Y una de ellas está terminada y me aseguré de dejar la suficiente trama como para hacer una segunda parte.

¿Pero qué pasa si comienzo a estirar, y estirar, y estirar la trama? No comprendo a la gente que le gusta eso. Vale que puede encantarte el mundo, los personajes y lo que sea, pero, hay que aprender a darse cuenta de que toda historia tiene su fin. Incluso La historia interminable lo tiene, y no hay segunda parte.

¿Que si estoy en contra de que un libro tenga segunda parte? ¡No! Claro que no. Estoy en contra de que haya segunda parte si no hay más trama para hacer una segunda parte. Y bueno, esas sagas que llegan a los cuarenta libros... ¿quién se lee tanto? Es que hasta a mí, lectora empedernida, me da una flojera tremenda. Y seguramente en esas historias, el primer libro comienza con un personaje normal y en el último termina con otro personaje transformado en zombie/vampiro que vive en Marte. 

Conclusión: Hay que dejar ir a las historias. Sé que se les coge cariño y se quiere más, pero... ¡no pueden durar para siempre! Al final solo se les coge asco.


¿Estáis de acuerdo conmigo? ¿Tenéis otra opinión?

viernes, 6 de marzo de 2015

#6 - El libro del futuro


Decidme una cosa: si tuvierais la oportunidad de leer vuestro futuro, vuestro destino, ¿lo haríais?Suponiendo, claro está, que el destino es un futuro inalterable y que tomes las decisiones que tomes, siempre irás por el mismo camino quieras o no.

Yo sí, sin dudarlo un instante, porque sabiendo ya el modo de mi muerte, puedo hacer todas las locuras que quiera. Si voy a morir atropellada, podré lanzarme en paracaídas desde un avión que no moriré.

Si ya sé con quién voy a casarme, podré ir a buscarle directamente y ser feliz con él hasta el día de nuestro casamiento. Y es que sería muy útil saber mi futuro, porque así ya sabría lo que me espera.

También es cierto que eso le quitaría gracia a la vida, pero mi vida dejó de tenerla hace mucho tiempo, así que saber lo que el destino quiere darme de ahora en adelante no me parece mal. Me gustaría, de echo, tener aquí mi ejemplar de libro del destino.

¿Qué opináis vosotros de esta idea? ¿Querríais saber vuestro futuro? 

sábado, 7 de febrero de 2015

Rosas

Hola, gente. Esta vez he decidido escribir una historia para el blog. Quería compartir un pequeño relato que se me ocurrió hace un tiempo. En realidad, he visto tantas veces este relato en mis sueños que incluso me asusta. Y por fin lo he sacado de mi cabeza.
La puerta estaba ligeramente abierta, sin embargo, el candado que la ataba a la pared no permitía abrirla más. Por ese recoveco, se introducía ligera la luz, que inundaba la habitación y le permitía ver al joven al menos lo que tenía a su alrededor, que no era demasiado. Una sucia cómoda de madera y una cama deshecha e incómoda, llena de bultos que cada vez que dormía en ella le dolía la espalda. El suelo, el techo y la pared eran de cemento, y parecía que había restos de pintura blanca en él.

El olor era nauseabundo, aunque el muchacho ya e había acostumbrado a él, pues ni lo notaba. Sabía que estaba rodeado de un aire que olía a sudor, a excrementos y a comida podrida. Sabía que no podía salir de allí, no podía limpiar la habitación ni ducharse. Había organizado el lugar de forma que una esquina la usaba como baño mientras que todo lo demás era un lugar para caminar, observar y concentrarse.

Toda su vida se reducía a aquello. Levantarse cuando ya no era capaz de dormir un segundo más. Caminar con pasos lentos por el lugar y mirarlo todo con la poca luz que la puerta le brindaba, la cual de alguna forma, nunca se apagaba. No sabía diferenciar cuándo era de día y cuándo de noche. No había visto el sol ni las estrellas en... ¿cuánto tiempo?

La soledad era infinita. El tiempo pasaba y cada segundo se le clavaba en el alma. Cada respiración le inundaba de tristeza. No podía apenas pensar con claridad. Su vida era una masa de recuerdos brumosa que no podía enfocar con claridad. Sin recuerdos, sin libertad, sin comunicación, sin vida.

Y era por ello que sufría en aquellos instantes sobre su lecho, temblando ante la comida que cada día —lo que para él era día— aparecía encima de la cómoda. Junto a ella siempre estaban un ramo de rosas con pétalos, el cual cada día tenía uno menos. El joven los contaba cientos de veces cada vez que se despertaba antes de observar las telas de araña en la esquina del techo y comenzar a contar los hilos. En aquellos momentos solo quedaba un pétalo. El muchacho repitió ese número en su memoria durante quién sabe cuánto tiempo. Tenía frío, estaba pálido, su cuerpo temblaba y su estómago le comía por el hambre. Los platos llenos de comida se habían amontonado sobre la cómoda, y ninguno había sido tocado. Luchaba por no hacerlo. A veces, por el simple hecho de sentir algo más que miseria, rozaba suavemente un puré y se lo metía en la boca, y luego sufría lleno de dolor y fatiga en la cama las contracciones de su estómago, quejándose y demandando más alimento.

Pero temblando en la cama, bajo las sucias mantas orinadas, el muchacho notó cómo algo se desvanecía. Su conciencia. Dirigió la mirada hasta la cómoda, donde observó anhelante su comida, luchando por no levantarse y tragársela. ¿Cuántos días había reprimido sus ganas de comer? ¿Su hambre voraz? Todo por acabar con aquel sufrimiento, con aquella encerrona.

Al desviar la mirada hacia el ramo de rosas, donde solo quedaba un pétalo en una de ellas, vio cómo este luchaba por desprenderse de su lugar, por caer a la sucia madera donde alguno de los demás se posaba, si no estaban esparcidos sobre el suelo.

Vio caer lentamente ese pétalo, y notó su vida irse. Notó su alma escapar en su última respiración, y tras observar el pétalo caer y expirar por última vez, se quedó inmóvil para siempre, en aquella jaula de la cual su alma ya había escapado.
Bueno, ¿qué os parece? Era un sueño horrible. Yo observaba al joven, lo miraba desde dentro de la habitación, notaba los olores y rezaba para que saliera de allí, para que rompiera el candado tirando con fuerza de él y se marchara. Pero nunca lo intentaba. Solo daba vueltas y observaba, y entonces se tumbaba en la cama, se negaba a comer y lo veía morir ante mis ojos, una y otra vez.

Espero calmar mis sueños escribiéndolo. Espero que esa persona descanse en paz por fin, porque veía en sus ojos que se merecía la felicidad. Y espero que la haya conseguido.

viernes, 6 de febrero de 2015

#5 - ¿Qué son las historias?

¿Qué son las historias? ¿Nada más que hechos que crea nuestra imaginación? ¿Sueños? ¿Lugares que no existen? ¿Acciones que no pasan?

No, señores, no. Las historias son reales. Nuestra mente es real, por lo tanto todas las historias que se inventa lo son. Vivimos en nuestra mente, somos nuestra mente, somos un conjunto de recuerdos que se van acumulando, ¿no? Entre esos recuerdos están los que imaginamos, que no vemos en la realidad general, pero sí en la nuestra propia.

¿Qué es nuestra realidad? El mundo en el que nos enfrascamos, nuestros pensamientos, nuestras emociones. Esa es nuestra realidad individual. ¿Acaso al cerrar los ojos no nos podemos imaginar cualquier cosa? ¿No podemos ser Dios en nuestra realidad? 

La realidad general es la que podemos ver con los ojos, la que podemos tocar con la punta de los dedos, la que podemos escuchar. Quizás la realidad general es  la realidad de alguien más. No me refiero a Dios, ni a Alá, ni a quien sea. Sino a una persona corriente en un mundo distinto y nosotros seamos su realidad. ¿Imagináis esa posibilidad?

¿Qué realidad es la mejor?

¿Quién dijo que las historias no eran reales? ¿Quién puede afirmar que no existe más de una realidad? ¿Qué es la realidad?

Si eres capaz de explicarlo, por favor, dímelo, porque yo no lo sé.

Y así finalizamos este tema tan filosófico, creo. No sé si hay teorías de este tipo creadas por otra persona, pero si es así, no lo he leído, aunque estoy muy de acuerdo con esa persona. 

Hablando de historias. ¿Os gustaría que comenzara alguna? ¿Que de vez en cuando hiciera varios relatos? ¿O una historia larga? No sé, ¿qué os parece para el blog?

Me marcho porque tengo clase. ¡Adiós!

lunes, 2 de febrero de 2015

#4 - Antidepresivos y demás


Hola, chicos. Hoy os vengo a hablar de un tema quizás un poco extraño para este blog. Bueno, de raro nada, pues es solo la cuarta publicación aquí, y aun no hay un tema predefinido, pero wathever.

El caso es que ahora mismo acabo de venir del psiquiatra y me recetaron un antidepresivo. No es nada grave, no os preocupéis, solo que la psicóloga dijo que estaba (textualmente) "pocha", que si no conocéis la palabra, significa que medio enfermita, por así decirlo. 

Llevo varios años soportando varios problemas de los que hablaré o no más tarde, en otras entradas. Supongo que me ha afectado bastante a mi forma de ver el mundo. Podría decirse que no tengo esperanzas en la gente, que no confío en las personas, que odio ir a lugares públicos, que no soporto que la gente me cuente sus problemas cuando yo estoy sufriendo por dentro y me lo trago mientras sonrío. Odio tener que pensar antes en las personas que un día me traicionaron que en mi propio bien. ¿Acaso está mal tratar de ser feliz a mi forma?

Me han explicado que las ideas de encerrarme en mi soledad, en mi cuarto, con mi ordenador y mis amigos virtuales está mal, pero, ¿por qué? ¿Por qué está mal no querer tener contacto con aquellos que te hieren? ¿Por qué está mal tener personas en las que confías aunque estén a miles de kilómetros de distancia? Así, ya de paso, te aseguras el que en cuanto les cuentes un secreto no se lo digan a todo el mundo, puesto que si se lo dicen allá en sus países o ciudades, como que me importará una mierda.

Es más seguro así. Duele menos. Y aunque no puedas salir y tomarte una Coca Cola con ellos, ¿qué más da? Al menos compartes cosas. Puedes hablar por Skype, puedes reír con ellos, puedes conocerlos y no sufrirás a su lado. Y si lo haces es tan sencillo como bloquearlo y punto.

Ojalá pudiera hacer eso aquí. Bloquear a las personas que me hacen daño.

domingo, 1 de febrero de 2015

#3 - The Wattpad Avengers



Hola chicos. Esta vez quiero hablaros de un blog que hizo una Iniciativa sobre reseñar otros blogs y yo fui el primero. Hoy mismo se ha publicado la reseña y ha dado sus frutos, al parecer. Hoy, que he creado el blog, ya tengo dos seguidores. He tenido blogs anteriormente y tardaba semanas en tener solo uno, así que no me arrepiento para nada de esta participación.

Si os interesa, podéis leer AQUÍ de que va todo esto de las reseñas. Es una Iniciativa muy interesante, y espero que se haga muy famosa, porque de verdad que la reseña que me hicieron me encantó. ¡Me dieron un 5/5! La chica que lo hizo, Erea, ha sabido cómo llevar el que fuera un blog de un solo día muy bien. No le ha dado importancia a eso.

Y sí, pondré un menú, jaja. Veré cuando tenga las secciones más diferenciadas el estilo que me guste para el blog, pero de momento no creo que haga falta, pues las entradas están numeradas y demás... así que bueno. El caso es que debéis pasaros por su blog, y de paso si tenéis uno, deberíais apuntaros a la reseña, dan muy buenos consejos, como lo de mi menú. 

Esto ha sido todo. Tres entradas en un día no está nada mal, ¿no? A ver qué más escribiré por ahí. Tengo dos seguidores, tengo que tomarme esto enserio desde ya para que no se arrepientan de haberme seguido.

¡Adiós!